La eurodiputada socialista Isabel García, vicepresidenta de la Comisión de Control Presupuestario, se ha mostrado tajante ante ciertos comportamientos poco éticos de algunos miembros del Tribunal de Cuentas Europeo y, especialmente, de su presidente Klaus-Heiner Lehne, exdiputado alemán del Partido Popular Europeo. “Su comportamiento no se corresponde con los más altos estándares éticos y de buena gestión financiera que se les exige”, ha señalado.
La gestión presupuestaria del Tribunal de Cuentas en 2020 ha sido aprobada hoy en la Eurocámara por una ajustada mayoría, en contra de la recomendación de la eurodiputada, aunque sí ha sido adoptado el informe del que García era ponente y en el que se recogen todas las recomendaciones del Parlamento para garantizar unas normas internas más claras y estrictas. La eurodiputada se ha sorprendido de que otros grupos políticos hayan cambiado su posición con respecto a la votación en la comisión de Control Presupuestario y espera que esto no se deba a la fuerte presión ejercida por los miembros del Tribunal, con la ayuda del Partido Popular Europeo, hasta horas antes de la votación.
“¿Quién vigila en este caso al vigilante?”, se ha preguntado Isabel García durante su intervención en el Pleno de Estrasburgo. Y es que el Tribunal de Cuentas Europeo se encarga de fiscalizar y controlar las cuentas de la Unión Europea, es decir, es el encargado de velar por los intereses financieros de la ciudadanía europea. En este sentido, García ha hecho hincapié en que “la confianza, la credibilidad y la transparencia son fundamentales en la relación interinstitucional entre el Parlamento y el Tribunal de Cuentas, así como un procedimiento de aprobación de las cuentas absolutamente riguroso”.
En el informe elaborado por García queda claro que el Tribunal de Cuentas Europeo ha permitido ciertos comportamientos «que no corresponden con los más altos estándares éticos y de buena gestión financiera que se les exige”, ha insistido la eurodiputada, y pone como ejemploel uso privado de coches oficiales o que el presidente recibiera una dieta por residencia mientras compartía y subalquilaba un piso con trabajadores de su gabinete y que hubiera utilizado las misiones oficiales para reunirse con políticos de su partido, la CDU. “Quizás para algunos de los presentes puedan parecer comportamientos normales”, ha dicho García, “pero no lo son para los ciudadanos”.
García ha defendido que este suceso «no pone en duda la labor que realiza la institución como auditora del presupuesto europeo”. Sin embargo, ha dicho, “como embajadores de la institución, el comportamiento de sus miembros y la gestión que hagan de su propio presupuesto debe ser ejemplar e intachable” y, en este caso, sus conductas “han dañado enormemente la imagen del guardián de los intereses financieros de la UE”. La eurodiputada ha instado a restaurar entre todos la reputación de este tribunal, “pero no mirando hacia otro lado como si nada hubiera pasado”. Para evitar cualquier cuestionamiento del Tribunal de Cuentas en el futuro, García ha reclamado “normas claras que aúnen la buena gestión financiera y el comportamiento ético ejemplar de sus miembros”. «Me alegra que a raíz del primer borrador de informe se iniciara un proceso diligente y exprés de modificación de las normas internas que ha durado hasta ayer mismo y doy la bienvenida a estas nuevas normas, que resolverán muchos de los problemas encontrados en 2020 y contribuirán a mejorar la reputación de la institución».
En su informe, la eurodiputada también se ha mostrado crítica con otras dos instituciones europeas, que han llevado a la comisión de Control presupuestario a posponer el descargo. Por una parte, el Consejo Europeo al que, un año más, se le reprocha la falta de cooperación con el Parlamento Europeo. Por otra parte, el Comité Económico y Social, porque aún quedan pendientes algunas recomendaciones del Parlamento solicitadas en años anteriores y “necesitamos comprobar que son una realidad, sobre todo los acuerdos con las víctimas del grave caso de acoso del anterior presidente del grupo y la revisión del marco ético”, ha remarcado García.
Instituciones europeas a la altura de las circunstancias
A pesar de todo, la eurodiputada también se ha mostrado optimista. Este informe de 2020 es el primero que permite examinar las medidas internas de las instituciones europeas para hacer frente a la pandemia de la COVID-19. García ha destacado que la Unión “tuvo que demostrar su capacidad de reacción y adaptación, encontrando nuevas fórmulas para seguir cumpliendo con su mandato, adaptarse a un entorno de trabajo cambiante y al mismo tiempo proteger a su personal”.
Así, la europarlamentaria ha felicitado a las instituciones europeas por estar a la altura de las circunstancias y jugar un papel fundamental durante la pandemia, como el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) con la repatriación de ciudadanos europeos, o el Supervisor de Datos, con la evaluación de las aplicaciones de rastreo. El informe también identifica una serie desafíos y oportunidades para el futuro de la Unión, como la necesidad de garantizar la resiliencia de las instituciones europeas; mejorar el proceso de digitalización interno; y el deber de cuidado para con el personal.