La presidenta de los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, Iratxe García, ha instado a reforzar un corredor humanitario coordinado por el Servicio Europeo de Acción Exterior “para repatriar a los miles de personas que han quedado atrás y que todos los gobiernos europeos concedan visados humanitarios y den refugio a los que huyen del terror talibán”. “No podemos proclamar al aire el respeto a los derechos humanos mientras millones de personas se hunden en la desesperanza ante nuestros ojos”, ha dicho en el Pleno.
Iratxe García ha abogado por alcanzar un acuerdo sobre migración en la Unión Europea: “un pacto dotado con medios materiales suficientes y basado en los principios de responsabilidad, solidaridad y humanidad”. “El esfuerzo realizado en Afganistán durante 20 años no puede convertirse en un recuerdo de un pasado nostálgico. Además de la construcción de escuelas y hospitales, florecieron la libertad y la igualdad, en particular para una nueva generación de afganas”, ha apuntado.
En este sentido, la dirigente socialista ha advertido de que Los talibanes no han cambiado: siguen considerando a las mujeres seres humanos inferiores. Por ello, ha pedido el apoyo del Parlamento Europeo para que las mujeres afganas sean galardonadas con el Premio Sájarov 2021.
En relación a la acogida de afganas y afganos, el socialista Juan Fernando López Aguilar ha exigido la activación de la directiva de 2001 sobre protección temporal, “y que esos corredores humanitarios aéreos se acompañen ahora de visados humanitarios, conforme al mandato de este Parlamento Europeo”. También ha lamentado el tono y contenido de las conclusiones del Consejo de ministros de Interior, bajo la Presidencia eslovena del Consejo de la UE, “injusto para las niñas y mujeres afganas”.
Por su parte, el eurodiputado Nacho Sánchez Amor, ha reiterado que “no seremos un actor global si no tenemos unos servicios de inteligencia propios”. Además, ha felicitado al Alto Representante, Josep Borrell, por su decisión de volver a poner en funcionamiento la delegación de la UE en Afganistán, permitiendo a la Unión poder contar con información propia en el terreno y no depender de embajadas de terceros países, que les daría un elemento de presión sobre la UE.