Industria
La industria representa un tercio del valor añadido bruto en la UE y un tercio del empleo. Cada puesto de trabajo en este sector genera aproximadamente dos puestos adicionales en servicios vinculados. La columna vertebral del tejido productivo europeo siguen siendo las Pymes, que suman el 98% de nuestras empresas. Sin embargo, en los últimos años la economía europea se ha visto sumida en una profunda crisis económica, agravada por las políticas neoliberales, que se han limitado a reducir los costes de la mano de obra ante la creciente competencia de los países emergentes y por los constantes cambios en la demanda del mercado mundial.
Ha llegado el momento de aprovechar las oportunidades que el contexto actual nos brinda para acelerar la recuperación económica sobre una base diversificada, sostenible y equitativa, orientada a la creación decidida de puestos de trabajo. Estamos convencidos de que la única forma de regresar a la senda del crecimiento pasa por situar al conocimiento como un activo indispensable de la productividad.
El primer y principal reto es volver a otorgar protagonismo a las inversiones en investigación e innovación para producir productos y servicios punteros que compitan a nivel mundial. Por esta razón, los socialistas exigimos invertir en el sistema público de ciencia y tecnología, pero también que se mejore el acceso de las pymes a la financiación y que se creen los incentivos adecuados para que el sector privado invierta en investigación e innovación.
Necesitamos apoyar una industria que abandere los valores que definen el modelo europeo: una industria de calidad y eficiente en el plano ecológico, que incorpore a todas las partes interesadas, y muy en particular a los sindicatos. Construir un proyecto europeo sobre los pilares de la formación y la investigación, el apoyo a la economía verde y el diálogo social es una apuesta que requiere compromiso y determinación. Con la llegada de la mayoría conservadora a las instituciones de la Unión nos hemos apartado de estos objetivos a favor de una política cortoplacista. Corresponde a los socialistas asumir de nuevo el liderazgo.
Energía
Europa se enfrenta a una nueva realidad energética. La evidencia del cambio climático, la necesidad de asegurar el suministro energético en un contexto de demanda y precios al alza, el nivel tecnológico alcanzado por las energías renovables o accidentes como el de Fukushima han puesto de relieve la necesidad de cambiar radicalmente la forma en que producimos y consumimos nuestra energía. Estamos en un momento en el que coexisten dos modelos antagónicos, dos formas de entender el modelo de desarrollo europeo: el del pasado, basado en los combustibles fósiles y la energía nuclear; y uno sostenible basado en las energías renovables y la eficiencia energética.
Construir un nuevo paradigma energético es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos, por esta razón, los socialistas defendemos una transición energética basada en los siguientes pilares:
> Impulsar las energías renovables para que formen parte cada vez en mayor medida de una combinación energética que favorezca las fuentes de energía de emisión de CO2 de nivel bajo o nulo;
- > Realizar un esfuerzo adicional en las medidas de eficiencia energética, especialmente en el sector de los transportes y en la renovación de edificios;
- > Promover una transición energética inclusiva, que garantice la igualdad de acceso a la energía a todos los ciudadanos y preste especial atención a los derechos de los consumidores;
- > Contar con una Europa bien interconectada. Los beneficios de las interconexiones están directamente relacionados con la competitividad, la sostenibilidad y la seguridad de suministro de la Unión europea, especialmente en regiones energéticamente aisladas como la Península Ibérica;
- > Garantizar un uso más inteligente de las energías tradicionales para hacerlas más limpias incrementando la inversión en I+D+i.
Hemos apoyado esta transición, y lo continuaremos haciendo, por motivos tanto económicos como medioambientales. Estamos convencidos y convencidas de que es posible convertir el nuevo modelo energético en un factor de competitividad para nuestra industria, en una fuente de empleo de calidad, garantizando, a la vez, la protección del medioambiente y la salud de los ciudadanos europeos.